La oratoria es una cualidad de valor diferencial. Poseer el talento de hablar y convencer es también una estrategia para diferenciarnos dentro del mercado profesional y construir una marca personal altamente competitiva. Como veremos a continuación, existen diferentes técnicas que aportan las habilidades necesarias para expresar un discurso en público de calidad.
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¿Qué es la oratoria?
Cuando hablamos de oratoria nos referimos al conjunto de técnicas, normas y criterios que facilitan la elaboración de intervenciones orales. A partir del conocimiento de la retórica, se construye un discurso elocuente hacia una audiencia determinada.
Antiguamente, ser un buen orador se traducía a hablar con un tono potente de voz y realizar un buen trabajo de lenguaje corporal. Actualmente, el conferenciante debe conectar con las personas que siguen el discurso. La idea es conseguir que el público se implique y saque alguna reflexión del alegato.
Hoy en día, prácticamente todos los profesionales necesitan dominar la oratoria. No solo los políticos, directivos y profesionales de la comunicación. Incluso a la hora de defender un proyecto o de presentar un producto, es importante ser asertivo y saber llegar a los asistentes.
10 técnicas para saber hablar en público
Llegados a este punto te debes preguntar cuáles son las claves para dominar un discurso oral. En general, se identifican una serie de técnicas generales para expresarse en público de forma locuaz. ¡Las vemos!
- Definición del tema: es indispensable no dejarlo todo en manos de la improvisación. Por ello, lo primordial es elegir las ideas que deseamos exponer de acorde al público al cual nos dirigimos y desde un estilo propio.
- Memorizar los conceptos principales; las ideas básicas para no excederse en la repetición.
- Utilizar un vocabulario simple y directo. Se recomienda apostar por un lenguaje que no sea demasiado formal, pero tampoco vulgar.
- Complementar la intervención con el uso de herramientas como diapositivas o vídeos.
- Vincular el mensaje a la expresión corporal. Mover las manos, por ejemplo, refuerza el mensaje que queremos transmitir. Según el psicólogo y profesor emérito Albert Merhabian, los elementos de la comunicación personal se componen de un 7% de lo que decimos, un 38% del tono y un 55% por el lenguaje del cuerpo.
- Hacer uso de silencio: el 93% de la comunicación es no verbal.
- Conversar con los presentes antes de la intervención: esto permite afianzar el vínculo posteriormente y evaluar su actitud.
- Interactuar con la audiencia para mantenerla involucrada. Invitarles a la participación es una buena opción.
- Fomentar las oportunidades: de la experiencia propia del orador es importante crear emociones entre la gente y despertar su motivación.
- Plantear una fórmula de inicio y finalización del discurso: un método eficaz es abrir la conferencia con una pregunta y finalizarla con una reflexión sobre la misma o lanzar otra cuestión relacionada.