Todos, más o menos, hemos oído hablar sobre el PNL, un ámbito también conocido como programación neurolingüística. Sin embargo, cuando nos preguntamos qué es la neurolingüística y cómo se puede esta “programar”, nos solemos quedar sin respuestas. Si este es también tu caso y quieres revertir esta situación, quédate. En Instituto Europeo de Periodismo y Comunicación te explicamos qué es esta disciplina. Además, recuerda que en IEPeriodismo podrás formarte en el sector con el Máster Experto en Neurolingüística y en Inteligencia Emocional.
Neurolingüística: qué es
La neurolingüística es un ámbito de estudio que analiza los mecanismos del cerebro que nos permiten desarrollar el conocimiento, la comprensión y la adquisición del lenguaje. No solo el del lenguaje hablado, sino que la neurolingüística también estudia los mecanismos que nos permiten dominar lenguajes hablados, escritos o mediante signos o símbolos, mediante la experiencia propia o la programación.
A pesar de que muchas veces esta rama de estudio es confundida con la programación PNL, la neurolingüística es un ámbito interdisciplinar y se basa en diferentes campos. Así, por ejemplo, sus estudios tienen base en las ciencias cognitivas, la neurociencia, la neurobiología y la neuropsicología, la lingüística y la ciencia computacional.
Programación Neurolingüística o PNL: qué es
Relacionada con la neurolingüística, la PNL es una técnica de comunicación, psicoterapia y desarrollo personal. Se basa en trabajar la conexión que une los procesos neurológicos, el lenguaje y los patrones de comportamiento. La PNL sostiene que se pueden modificar los comportamientos adquiridos a través de la experiencia (programación).
Fueron Bandler y Grinder los principales acuñadores de la PNL, el modelo comunicativo que presentaron tras estudiar a los terapeutas más exitosos de su época. Así pues, sus estudios venían a decir que nuestro comportamiento se basa en experiencias y sentimientos que hemos vivido.
Para ejemplificar estos “mapas mentales” que determinan nuestro comportamiento se suele usar el ejemplo del semáforo y el conductor: Esta es: cuando nuestra vista detecta (“proceso neurológico”) el rojo del semáforo, se comunica con nuestro cerebro indicándole “debo frenar el coche” (parte lingüística) y apretamos el freno (parte comportamental).